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GRAFOSINTESIS: Psicología y Grafología por Claudia Gentile
Blog de Psicología Analítica Junguiana y Grafología, con artículos, notas, y libros para descargar gratis.
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Lic. Claudia Beatriz Gentile

Soy Lic. en Psicología clínica con orientación junguiana, Grafóloga Pública (Emerson). Soy Astróloga con 20 años de experiencia y ejercicio.

Brindo terapias psicológicas analíticas tendientes a la individuación - Temas de género- Terapia de parejas - Talleres de autoconocimiento sobre la conformación de la femineidad - Grupos de reflexión - Grafoterapia.

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Artículo extraído del blog GRAFOSINTESIS, de Claudia Gentile,
http://www.grafosintesis.fullblog.com.ar

Gracias







Mostrando 51 a 60, de 67 entrada/s en total:
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Niñez Desprotegida

13 de Marzo, 2008  ·  Reflexión

         En una materia que estoy cursando estamos haciendo un recorrido histórico por la niñez. Y la niñez, tal como la concebimos hoy en día, es un privilegio reciente.

A partir de la revolución industrial se empiezan a tener en cuenta los derechos de las mujeres y de los niños expuestos a jornadas laborales no reguladas. A partir de entonces también, con la especialización de los obreros producto del uso de maquinarias antes inexistentes, los niños de las clases medias comienzan a escolarizarse y la pedagogía en ciernes enseña nuevas pautas para tratarlos.

Hasta entonces los niños de las clases bajas trabajaban, los de las clases acomodadas eran entregados hasta los dos años a nodrizas, campesinas que los cuidaban y criaban. A partir de los 2 hasta los 8 permanecían con sus padres y luego comenzaba su formación y eran separados de su hogar nuevamente. Los niños de las clases obreras, hijos de madres que parían sin saber cómo ejercer un control seguro sobre la natalidad, estaban expuestos a altas tasas de mortalidad. Tanto al nacer, como durante la infancia producto de infecciones, de desnutrición o de enfermedades que antes no podían ser tratadas como ahora. Por lo tanto, al ser tan altas las posibilidades de que murieran, los padres no se apegaban a ellos para no sufrir luego la pérdida tras su muerte. Las madres también solían morir durante los partos asistidos solo por otras mujeres. Esto generaba una enorme cantidad de huérfanos poco asistidos[1].

El cuidado del infante como hoy en día lo entendemos es un concepto reciente. Basta hablar con nuestros abuelos o bisabuelos para que nos cuenten sobre su infancia. Los trabajos que debían efectuar, el modo en que los trataban, el poco afecto que recibían, la orfandad que alguno de ellos debió padecer y de qué modo se criaron. La precariedad económica que padecieron, los efectos de las guerras y de las hambrunas, las dificultades para acceder a la educación básica.

En la actualidad existen leyes que amparan al niño. Aún así coexisten hoy en día niños que nacieron al amparo de este cambio cultural, con otros que en nuestro país o en otras latitudes, todavía siguen viviendo en una total situación de desamparo económico, moral y familiar.

Las variables del desamparo son muy amplias: van desde el desamparo total en niños en situación de calle, hasta el desamparo emocional y asistencial que sufren otros, que paradójicamente cuentan con un hogar y recursos, pero cuyos padres no dedican tiempo suficiente a contenerlos por estar abocados a su vida profesional. Los resultados en clase media y baja saltan a la vista sobre todo en el ámbito de la escuela: hay cuadros de hiperactividad, de violencia escolar (bullying), de drogadicción, de falta de respeto a los límites, que confluyen en un bajo rendimiento escolar.

Los afortunados que están al amparo de la institución escolar cuentan en muchos casos con ciertos recursos que los protegen como gabinetes escolares, asistencia de pedagogos, de psicólogos y de docentes comprometidos con su oficio.

La grafología es un recurso útil a la hora de sumar herramientas para detectar conflictos que obstaculizan el aprendizaje. Por lo menos al detectarlos, es más fácil diagramar una estrategia para tratar de ayudar a nuestros niños, tanto sea derivándolos al gabinete, a sabiendas del origen del problema, como hablando directamente con ellos o con sus padres.

 

Es hora de replantearnos cómo tratamos a nuestros niños. Para ello es una buena idea observar cómo fuimos tratados nosotros mismos como niños, y qué espacio le damos a nuestro propio niño interno para desarrollarse y crecer.

A propósito de las falencias de nuestro niño interno, aquí a continuación va un escrito mío:

 

Los bolsillos de mi corazón están vacíos

 

-Señor... sí, usted. ¿Tiene un minuto de tiempo para mirarme? Tan solo un instante. Es que necesito un poco de amor.

 

-No. Monedas, no. Un poco de amor solamente. Puede ser usado incluso. ¿No le sobra un poco? Tengo los bolsillos del corazón vacíos, hambrientos de caricias afectuosas.

 

-No, señor. De ese amor no. Eso que me ofrece no se llama amor. Se llama abuso. Más no quiero. Quiero un poco del amor de padre, de ese que se entrega desinteresadamente, por el puro acto de amar, por la alegría misma que produce brindarlo. De ese que le debe prodigar generosamente a sus propios hijos. Míreme. ¿No ve en mí algo que le recuerde a sus hijos? ¿Algo que produzca esa sintonía entre usted y yo como para que nos consideremos familia por un instante? No le pido mucho. Es que, ¿sabe? El amor tiene el efecto de multiplicarse. Si usted me da un poco, me colma. Y puedo entonces derrocharlo abiertamente en sonrisas, en calor irradiante, y brindárselo a los demás en progresión geométrica. Pero si estoy vacía, me seco, se me agrieta el corazón como un desierto estéril, poblado solamente de rocas y de cactus. Necesito un oasis chiquito que nutra mis raíces raídas por el tiempo en soledad. En una eterna soledad sin padres que me miren así, como me está empezando a mirar ahora. Es que, ¿sabe? Yo me esmero en hacer lo que me pidieron, todo para que me quieran, pero, no hay caso. No lo logro. Ni lo logré nunca. Y eso que ahora me porto bien, cumplo con mis deberes, pero deberes sin el placer de ser recompensada por la aprobación de ellos. Ya me cansé de esperarlos. Por eso busco otros padres a quienes pueda adoptar. Esta vez me gustaría elegirlos yo. Me gustaría un papá como usted, ¿sabe? Porque tiene una mirada dulce y comprensiva, pero sobretodo, compasiva y atenta. Usted sí debe ser un buen padre. Se ve recto, prolijo, bien vestido, cuidado. Se nota que tiene una esposa que se preocupa porque estén sus camisas bien planchadas. Y se lo ve rellenito y saludable. Ha de ser buena cocinera también. Seguramente lo espera todas las tardes con la merienda y se sientan todos juntos al atardecer, a contarse las cosas que les pasaron durante el día, mientras sus hijos vuelven del colegio y se suman a la tertulia. Hasta me parece oler el pan tostado y el café recién hecho. Qué amorosa debe ser una madre que espera a su familia con una sonrisa y la mesa tendida, los oídos prestos a escuchar las peripecias diarias.

 

-¿Cómo que no? ¿No está casado? ¿Y esas camisas tan primorosamente planchadas?

 

-¿El lavadero?

 

-¿Cómo que no tuvo tiempo? ¿Tan importante y agotador es su trabajo?

 

-¿Ni un solo hijo entonces? ¿Y esa calidez en su mirada para quién es? ¿Qué está esperando?

 

-¿Cómo que usted también se siente solo? ¿Y entonces por qué iba tan apurado? ¿Quién lo espera? ¿Quién habrá encendido la estufa para recibirlo con la casa templada con este frío que hiela el alma?

 

-¡Calefacción central!. Ya veo. Lavadero, calefacción central y una casa vacía.

 

-Sí, muy funcional, pero vacía.

 

-Está bien, entiendo, empieza el partido, vaya, no lo retengo más. Lo importante no debe esperar. Que tenga buenas tardes y gracias por haberme dedicado la calidez y calidad de estos cinco minutos de su tiempo. Para hoy me alcanza. ¡Gracias!

 

Claudia

26/02/08

 



[1] Fuente: Levin, R. El psicoanálisis y su relación con la historia de la infancia. PSICOANÁLISIS. Revista de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, 1995, Nº 3.

 

Claudia Gentile

Grafóloga Pública

Mail.: grafosintesis@yahoo.com.ar

tel.: 4672-4423  cel.: 156-403-9734

 

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La Grafología y la pluridimensionalidad de lecturas - Nuevo curso-taller de Grafología

17 de Mayo, 2008  ·  Cursos

La Grafología y la pluridimensionalidad de lecturas

Hay dos hechos que disfruto desde la adolescencia:

Uno es el placer que me produce abrir y oler un libro nuevo. Ese olorcito a tinta y a papel recién impreso que anticipa la aventura exploratoria de recorrer más tarde, con la vista, aquel mundo interno, todavía vedado y por descubrir, de alguien más, que me abre las puertas de par en par de su alma. Mi primer contacto con el libro es táctil y olfativo para luego ser enteramente visual.
Y el otro es el placer de tener enfrente y para mi propio deleite, una hoja de papel enteramente en blanco. En cuyo caso, mi disfrute no radica en explorar el mundo de otro, sino en proyectar mi propia alma. Ir aventurando ideas que se van encadenando en frases. Forma y contenido tejen una trama dinámica sobre el papel. Y entonces ese torbellino de sensaciones agolpadas dentro de mí se alinea, para salir más ordenadamente. Escapa de la simultaneidad para organizarse en la sucesión de un relato.
El placer es doble cuando el acto de escribir produce esa catarsis redentora que me permite, en una lectura posterior, leerme a mí misma y entender un poco más, aquello que en la mente o en el corazón tendía a brotar sólo como una noción de algo, un impulso, una idea, casi un título con palabras desordenadas asociadas a esa idea.
Y no sólo leo el contenido. Leo también la forma. El dibujo de las letras algo más me dice sobre lo que el interior calla a mis oídos. La velocidad de una frase que repentínamente frena su marcha y se detiene. La vacilación trémula ante una palabra que, entrecortada, plasma en el papel la emoción que me genera, y entonces sale más lenta, con algún cambio en su forma, más vertical que las otras. Distinta, bañada por esa sensación particular que me abordó en el momento de escribirla.

Lectura y escritura. Dos actos de comunicación pura. Pero, qué más puede leerse cuando se recorre un escrito?

La lectura es pluridimensional:

* Lectura de lo denotado o manifiesto. Pura decodificación lineal del contenido más superficial de un escrito.

* Lectura del connotado, o lectura entre líneas de sentidos transversales que surgen cuando leemos más en profundidad un escrito (la ironía, por ejemplo, o el matiz de las adjetivaciones que nos revelan la postura del escritor sobre el hecho que relata).

* Y la decodificación grafológica de los rasgos plasmados en el papel. Aquello que escapa a la mera captación del contenido del texto y se detiene en los trazos de quien escribe, para captar su esencia, su sentir, su mundo interno.

Recuerdo
una tarjeta de cumpleaños que mostró una vez una docente en una clase de grafología emocional. “Que tengas un feliz cumpleaños” decía. Y la palabra “feliz” estaba escrita con letra más apretada, más tensa, angulosa. ¿Realmente era ése el deseo de quien escribía? Intenten decir la palabra “feliz” lentamente, enfatizando cada sílaba, con voz tensa, y notarán lo que quiero expresar: rabia. Como si se masticara la rabia en cada sílaba.

¡En cuántas dimensiones comunicamos cuando nos comunicamos! ¿No es fascinante recorrerlas, aprender sus códigos, comprenderlas? ¿No nos comprenderemos mejor a nosotros mismos y a quienes nos rodean?

Si quieren aventurarse en este recorrido detectivesco que ofrece la grafología, los convoco a aprender grafología.
 
Inicio permanente de cursos y talleres.
Los espero,

Claudia Gentile

Grafóloga Pública

Tel.: 4672-4423 cel.: 153-343-3665

mail: grafosintesis@yahoo.com.ar

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Me quedo en el centro?

26 de Febrero, 2008  ·  Reflexión

Hace unos días leí un artículo de psicología en el que el autor relacionaba los siete pecados capitales con trastornos de índole psicológica. Me pareció interesante esta perspectiva para abordarlos desde un enfoque menos teológico y más actual; en cuyo caso dejan de tener el matiz atemorizante y reduccionista de enviarnos al infierno con pasaje de ida solamente, y se vuelven una condición más redimible, con posibilidad de cura, si se abordan convenientemente.
Como tengo un tanto olvidado el Catecismo, me aboqué a buscarlos. Recordé entonces que paralelamente a estos siete pecados, había siete virtudes, contrapuestas cada una de ellas a cada pecado. Entonces los encolumné de a pares. Pares de opuestos. Y esto fue lo que me quedó:
                                   

Pecado Capital

Virtud Teologal

Lujuria

Castidad

Gula

Templanza

Avaricia

Generosidad

Pereza

Diligencia

Ira

Paciencia

Envidia

Caridad

Pereza

Humildad

 


Inmediatamente vino a mi mente un viejo, antiquísimo texto hermético, el Kybalion[1], al que tantas horas de lectura le dediqué y le dedico, y al que apelo para corroborar la eficacia de sus postulados cada vez que puedo. Una de sus siete leyes, la Ley de Polaridad expresa:

"Todo es doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los anta­gónicos son lo mismo; los opuestos son idénti­cos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden re­conciliarse".

Y me quedé pensando justamente en esto que afirma que los extremos se tocan, que el péndulo va necesariamente de extremo a extremo en movimientos polares y antagónicos, pero iguales en grado. Y en este particular se basa mi reflexión: ¿Son tan antagónicos los pecados y sus opuestas virtudes?

Veamos. Me gustaría abordar los primeros dos pares antitéticos en esta oportunidad.
 
1- Lujuria versus castidad:

Encontré una definición de lujuria que dice que se trata de tener pensamientos o deseos obsesivos y excesivos de naturaleza sexual. Desde la perspectiva psicológica, podríamos hablar de perversiones sexuales: incluimos aquí a violadores, pedófilos, adictos al sexo, etc.
En el otro extremo hallamos la castidad, definida como el dominio de los apetitos sexuales. El comportamiento voluntario que tiende a la abstinencia de placeres y/o actos sexuales.
Se preguntarán dónde pueden tocarse estos dos extremos tan polares? Pues bien. He reflexionado, y creo que abunda la información al respecto, en la cantidad de casos en los que el celibato (la renuncia por motivos religiosos a mantener actos sexuales) ha sido el motor que, por el exceso de represión de una función, la sexual, tan natural en el ser humano, ha llevado a algunos sacerdotes a cometer excesos sexuales con menores. Esto como para poner un ejemplo. ¿Qué pasa entonces, cuando se reprime a ultranza un polo para posicionarnos justamente en el contrario? Pues lo reprimido suele brotar en algún momento de una manera bastante desordenada, caótica y harto nociva.
Mirémoslo desde el otro extremo. ¿No hemos oído casos de personas que, tras haber llevado una vida libertina de excesos de orden sexual (sin llegar a las perversiones, de las que no se vuelve), tras asentarse y formar una familia, se convierten en estrictos predicadores de las buenas costumbres? ¿Acaso no hay ejemplos de santos y de apóstoles que habiendo llevado una vida ajena a la moral luego se convirtieron en los máximos exponentes de sus doctrinas? Y no sólo predicando con la palabra, sino con el ejemplo, desde un fundamentalismo a ultranza.

2- Gula versus Templanza

La gula la tomaremos como el excesivo consumo, de manera irracional e innecesaria, de comida y de bebida. Implica, también, ciertas formas de comportamiento destructivo. Podríamos incluir bajo esta definición, y desde una perspectiva más actual y desde una mirada psicológica, no sólo aquellos actos en los que nos extralimitamos comiendo algo rico hasta más allá de la necesidad, sino los desórdenes alimentarios y las adicciones a las sustancias tóxicas como el alcohol y las drogas.
Su opuesto es la templanza, virtud moral que modera la atracción por los placeres y procura el equilibrio del consumo de los bienes creados, mediante el dominio de la voluntad.
Y al respecto son infinidades los ejemplos que me vienen a la mente. Veamos uno que creo que todos hemos padecido alguna vez. Pongamos por ejemplo el chocolate. Aunque podríamos hablar del salame (confieso haber padecido ataques hepáticos por ambos). Veamos: todo se mantiene en sus caudales, sin desbordes, mientras comamos un chocolatín de vez en cuando. Claro, siempre nos quedaremos con un poco de ganas de haber comido algo más. Esa es la moderación de la que me hablaba siempre mi sabia abuela: “De todo un poco y con moderación y no te vas a tener que a privar nunca de nada”. (Murió a los 90 años, debo aclarar). Pues un día nos regalan una enorme caja de bombones, y no podemos parar. Comemos y comemos y comemos y cuando nos queremos acordar, la caja está llena pero de papelitos dorados vacíos. ¿Qué pasa al otro día? Es tal, pero tal el ataque al hígado tras ese atracón, que quedará grabado con asco en nuestra memoria; la sola mención posterior del chocolate con licor nos producirá náuseas. Y habremos perdido nuestro desmesurado gusto por el chocolate que habrá mutado en desagrado y rechazo. El polo opuesto.
Tomemos otro caso, ya en el terreno de la patología: la bulimia. Una chica se ve y se siente gorda (aún sin estarlo, pero esa es su percepción), y decide emprender un régimen tan estricto que se priva prácticamente de comer. Y logra sostener este tortuoso régimen hasta que el hambre la vence y se lanza a la heladera y arrasa con todo lo que encuentra, aún tratándose de alimentos en mal estado o congelados, para después volver al polo anterior y vomitar todo lo que consumió. Aquí tenemos el movimiento pendular de ida y de vuelta.
Otro caso: Recuerdo una película del año 2000 que se llama Chocolate (dirigida por Lasse Hallstrom). En ella hay un alcalde que es la imagen de la austeridad. Comienza el film en plena cuaresma y el señor en cuestión debe restringir su ingesta de alimentos. Llega en esa época al pueblo una mujer y abre una chocolatería. Es inmediatamente combatida por este alcalde. En resumen: un buen día este señor, que se privó a fuerza de reprimir su deseo, de comer aún un solo bombón, rompe la vidriera del negocio y termina revolcado y untado en chocolate, comiendo todo lo que encuentra a la mano.
Pero hay otros ejemplos: el gordo que adelgazó y que ahora, delgado, censura a todo aquél que tenga unos kilos de más. El adicto recuperado que ahora da charlas en contra de la drogadicción (lo cual es loable), pero condenando a los drogadictos que no quieren o no pueden abandonar el hábito, sin piedad, olvidándose de haber pertenecido a esa condición. Otra vez el fundamentalismo tras el cambio radical de postura. De una punta a la otra sin paradas intermedias.

Lujuria y gula: en estos dos casos se trata de pecados por exceso. Sus correspondientes virtudes hablan no de privación, sino de moderación. La mesura al comer no es pasar hambre en una dieta demasiado restrictiva que nos llevará al atracón. Y la castidad no es solo privación, sino que también incluye la fidelidad a la pareja en el matrimonio. De vuelta moderación, no abstinencia. La castidad se vuelve nociva cuando es practicada a fuerza de represión y no por verdadera elección ni por convicción absoluta. (Y al respecto, hasta ahora no escuché ninguna historia de perversión sexual de ningún rabino, ni de ningún pastor. Sabemos que ambos tienen permitido casarse y llevar una vida sexual normal con sus cónyuges, no así los sacerdotes, que deben ser célibes, al costo de no poder sostener el celibato algunos de ellos, con las consecuencias que todos conocemos).
Como síntesis, y volviendo a los sabios preceptos de mi abuelita, ni poco, ni demasiado: todo es cuestión de medida. Ni un extremo ni el otro. Ahí, mejor. En la zona de la moderación. ¿Nos encontramos en el centro?

[1] “Las enseñanzas herméticas se encuen­tran en todos los países y en todas las religiones, pero nunca identificadas con un país en particular ni con secta religiosa alguna. En los primeros tiempos existió una compilación de ciertas doctrinas herméticas que eran las bases funda­mentales de toda la Doctrina Secreta, y que habían sido, hasta entonces, transmitidas del instructor al estudian­te, compilación que fue conocida bajo el nombre de "El Kybalión". Son, simplemente, una serie de máxi­mas y axiomas que luego eran explicados y ampliados por los Iniciados. Estas enseñanzas constituyen realmen­te los principios básicos de la "alquimia hermética", la que, contrariamente a lo que se cree, está basada en el dominio de las fuerzas mentales, más bien que en el de los elementos materiales; en la transmutación de una clase de vibraciones mentales en otras, más bien que en el cambio de una clase de metal en otro.” Extraído de El Kybalion.

El Kybalión es el conjunto de principios herméticos, llamados siete principios de la verdad según el sabio egipcio Hermes Trimegisto.


Los siete principios, o axiomas, como están descriptos en el libro son:

1.Principio de Mentalismo.
2.Principio de Correspondencia.
3.Principio de Vibración.
4.Principio de Polaridad.
5.Principio de Ritmo.
6.Principio de Causa y efecto.
7.Principio de Género.

 

Claudia Gentile
Grafóloga Pública
tel.: 4672-4423 y cel.: 153-343-3665
 
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Ladran, Sancho....

17 de Febrero, 2008  ·  Reflexión

El día 12 de febrero he recibido un mail a través del enlace de un aviso que tengo puesto en uno de los tantos lugares donde promociono mi página y mis servicios.
Transcribo a continuación el mail en cuestión, omitiendo por ética el nombre del firmante, y las dos respuestas que le he enviado a este señor.

hola. navegando por la red, encuentro que eres grafologa recibida en Emerson y a punto de ser psicóloga en la UdeMM. Ahora bien, que involucres estos titulos con la mamarachada de astrología, le quita seriedad a lo tuyo, Leí el código de ética y deontología profesional y dice claramente que eviten los grafologos incluir su titulo junto con el de titulos referentes a temas de ocultismo o cuestiones similares. Leélo, está en la web de www.grafologiaoficial.com.arsaludos y defendamos la profesión seria de las pseudociencias.


Mi réplica es la siguiente:

Señor XXXX,
le agradezco su tiempo. Verá, estoy un poco cansada de la caza de brujas. En el Emerson debía cuidarme de nombrar la Astrología, a pesar de tener una docente (Idónea) que lo que enseñaba se acercaba más a la numerología y a la visión intuitiva de un mántico que a un análisis grafológico (por cierto, una de las docentes más interesantes que tuve).
En Marina Mercante debo cuidarme de mencionar que soy grafóloga porque el énfasis en la mayoría de mis docentes (psicoanalistas) está puesto en la palabra oral y no en la escrita. Ni siquiera recurren muchos de ellos a las técnicas proyectivas que ahí mismo enseñan. Lejos de no usarlas, las defenestran.
Verá, en la lista de grafología (entiendo que sabe de qué se trata, pues entiendo también que al decirme que "defendamos la profesión", usted pertenece a ella), digo, en la lista proliferan invitaciones a abordar el estudio del eneagrama. Y eso también se aleja de la grafología, por lo que entiendo. Y si a su favor quiere argumentar que se trata del empleo de otra tipología más, que suma a las que empleamos, pues la astrología también propone una tipología harto más compleja todavía.
Estoy cansada de los que compartimentan. De psicólogos que excluyen otras escuelas, u otras herramientas de otras escuelas; de grafólogos que también excluyen otras escuelas (la racional fue defenestrada de la lista de Grafología, a pesar de los falsamente condolidos saludos tras la muerte de uno de sus mayores exponentes que tiempo atrás quemaron en la hoguera sin miramientos).Eso está en el código deontológico acaso?
Mire, señor. Todo estudio que abordo lo hago con la intención de sumar, no de restar, y al servicio de entender al ser humano para poder abordarlo por donde me permita hacerlo. Eso para mí es muy ético.
Trabajo en un Centro en donde hay Reikistas, numerólogos, astrólogos, y una psicóloga de la UFLO que trabaja desde el existencialismo. Y desde allí me muevo yo también. Después de todo, como decía Don Juan a través de las palabras de Castaneda, "Todos los caminos conducen a la nada; elige, pues, aquel que tenga corazón". Y yo elegí.
Cada quien puede hablar el idioma que pueda, pero le aseguro que hablando el idioma que hable, eligiendo la religión que elija, o recurriendo a la disciplina que recurra, todos buscamos lo mismo; que nos entiendan, que nos ayuden a aliviar el sufrimiento y a vivir mejor. Si a usted le resulta el fundamentalismo ideológico, pues disfrútelo usted sin querer evangelizar a nadie pregonándolo, que yo a usted no trato de “evangelizarlo” para sumarlo a mis lides. Cada quien elige a qué adherirse ideológicamente. Y eso para mí es ser ético.

Saludos y buena vida.
Claudia Gentile

Señor XXXX,
me olvidé mencionar un punto adicional.
Le propongo que lea el Manual de Grafología Superior del Profesor Xandró. Allí verá la tipología astrológica que él mismo anexa.

Por qué no trata usted de leerle el código al Prof. Xandró, que es bastante más conocido que nosotros, e incluso un invitado privilegiado a cuanto Congreso Grafológico arman aquí en nuestro país y fuera de él?
Qué pasa? Le resulta más sencillo cuestionarme a mí, a través de una página de avisos, ni siquiera a mi correo personal, que cuestionar a una figura de prestigio, que también apela a la tipología astrológica?

Por qué no se dedica a profundizar en su área y a dar lo mejor de sí en su labor, en vez de perder lastimosamente el tiempo criticando a los demás? Cómo defiende usted a la grafología? Qué ha escrito al respecto?

"Ladran, Sancho, señal que cabalgamos."

Pues cabalgue usted y verá cuánto adelanta si se dedica a eso, en vez de a tratar de ponerle palos en la rueda a los demás.

Claudia Gentile



Estoy cansada de ocultar lo que siento y pienso merced a la conveniencia de encajar. De encajar incluso ante mis pares de estudio y de trabajo. Pues hace ya rato que dejó de importarme hacerlo. He decidido elegirme y sostener desde mi ética personal lo que hago. Habrá quienes adhieran a lo que hago, me convoquen, lean lo que escribo, y habrá quienes no estén de acuerdo.
Pues ese es el precio de ser personal, de la individuación, y de elegir un camino propio: el código deontológico de la vida propia lo escribe también uno. Y digo “también”, porque no dejo de adherir al Gran Código Deontológico del Otro que me trasciende (al respecto, uso los conocimientos que aprendí de cada disciplina sin distorsionarlos), pero yo tengo en él escritas unas pocas líneas también. Las que trazan mi propia ética y mi propia mirada. Y a eso trato de ser fiel.

A propósito de lo expuesto, y por otra muestra más del fenómeno de sincronicidad que tan bien teorizó Jung, no puedo dejar de mencionar la nota del boletín del Centro Transpersonal de Buenos Aires de la última semana sobre el miedo al rechazo.
Copio de allí lo siguiente:

(...) Esas personas puede que, para "encajar" entre las demás, se auto-disminuyan, temiendo la burla o el rechazo (lo cual generalmente igual sucede!). Necesitarán ir renunciando a camuflarse en el entorno, manifestando en cambio su singularidad... y estar disponibles a un porcentaje de rechazo esperable. Sólo eso les permitirá ser encontradas por pares, y encontrarlos a su vez. Abraham Maslow (pionero de la Psicología Transpersonal) dijo que un terapeuta debería preparar a su paciente para "ser impopular": ser él mismo más allá de que muchos le rechacen o no le comprendan. Es un proceso de hondo trabajo sobre sí, de fortalecimiento esencial, y de aprender a convivir a gusto consigo; sin arrogancia, pero también sin encogerse, pues esto sólo ocasiona dolores evitables, y la postergación de nuestro real destino. Un breve relato de Enrique Anderson Imbert* lo expresa magníficamente:

ALAS

Yo ejercía entonces la Medicina, en Huamahuaca.
Una tarde me trajeron a un niño descalabrado:
se había caído por el precipicio de un cerro.
Cuando, para revisarlo, le quité el poncho, vi dos alas.
Las examiné: estaban sanas.
Apenas el niño pudo hablar le pregunté: -¿Por qué no volaste, mi hijo, al sentirte caer?-¿Volar? -me dijo-. ¿Volar, para que la gente se ría de mí?

* Escritor argentino, nacido en Córdoba en 1910. Se destacó por sus cuentos y novelas, siendo nominado para el Premio Cervantes. Falleció en el año 2000. Es reconocido internacionalmente por su notable estilo, conciso y sensible. (Agradecemos a Raul que nos haya enviado este bello relato!)

Reproducción del texto de "Pensamiento Sensible", fuente: Virginia Gawel & Eduardo Sosa, directores del Centro Transpersonal de Buenos Aires,
http://pensamientosensible.blogspot.com.


Para terminar, quisiera citar la frase de inicio del “Demián”, de Herman Hesse:

Quería tan sólo intentar vivir lo que tendía a brotar espontáneamente de mí.
¿Por qué habría de serme tan difícil?

Anexo a continuación un comentario al respecto de todo lo anterior que tan generosamente me hizo la Lic. Virginia Gawel, del Centro Transpersonal de Buenos Aires:

Atinadísima tu respuesta! A los 23 años (tengo 46) pensaba que la Astrología debía ser una paparruchada. De modo que, para no ser como este señor, me propuse demostrármelo a mí misma profundizando en ella. Ya era Psicóloga y cursaba distintos posgrados. Encontré que la Astrología no era el horóscopo de los domingos, ni cuánto amor te traería el Año del Búfalo. Encontré que era tan difícil como mis estudios de Psiconeurología. Y no cejé en aprender. Viajé por distintos lugares del mundo, aprendiendo y enseñando una visión más abarcativa de la Psicología (enfoque Transpersonal), y utilizo la carta natal de mis pacientes. En 1996 asistí en Manaos (Brasil) al Congreso Internacional de Psicología Transpersonal. El Presidente de la ITA (International Transpersonal Association), Doctor en Filosofía, Richard Tarnas, dearrolló la conferencia central (en la que asistíamos varias centenas de Psicólgos, Psiquiatras y afines...), y el tema central fue... la Astrología y su importancia en el seguimiento de pacientes en crisis. Luego se hicieron varias mesas generales (de Psicólogos y Psiquiatras de todo el mundo) encarando el tema con todas sus letras. El punto está: cuestionar lo que no se conoce como si se lo conociera, es necio y arrogante. Meter en la misma bolsa lo que no pertenece al mismo rango, es chato, banal: lo que hace el horoscopista de pasquín se parece tanto a la Astrología que estudiaba el psiquiatra Carl Jung, como el cartel que señala dónde queda el baño se parece a las obras de la Capilla Sixtina.

Lamentablemente, quienes trabajamos desde la práctica y la difusión de conceptos más amplios vinculados con la Psicología y afines, lidiamos a dos puntas: por un lado, los de mente cerrada y ortodoxa, y por otro los que tienen criterios tan laxos que no se permiten profundizar en los fundamentos de cada disciplina, y deforman estos enfoques incluyendo en ellos la canalización de seres extraplanetarios que te dicen qué hiciste en tu quinta vida pasada... Seamos serios: los paradigmas de las ciencias van cambiando, desde la Física hasta la Psicología. Estemos abiertos a incluir lo que amplía, y atentos a desestimar lo que deforma. Y procuremos no emitir juicio hasta que hayamos investigado lo suficiente, y mirado más allá de los viejos criterios que marcan los códigos deontológicos, -códigos que serán renovados en el futuro por personas que hallan cabalgado con Sancho... por más que los perros ladraran y ladraran-...

Un abrazo a quienes sean afines a este pensamiento, y otro a quienes disientan; unos y otros, junto conmigo, somos ignorantes, por el simple hecho de ser humanos. Escuchémonos, cuestionémonos con inteligencia. Y suspendamos el juicio cuando algo nos hace advertir que no sabemos lo suficiente de qué estamos hablando. Sobre todo si ese juicio se está emitiendo no ya a un conjunto de ideas sino, como en este caso, a una persona. Porque, como decía la Madre Teresa, "Si juzgas a la gente no tienes tiempo de amarla". Hasta pronto y... fuerza!

P/D: En relación a lo que dijo Herman Hesse, él lo supo muy bien: ES DIFÍCIL! Y parece que el juego es así, sobreponiéndonos a los impedimentos. De allí viene esa fuerza necesaria...

Lic. Virginia Gawel

Agradezco desde ya toda la repercusión que ha generado este artículo.

Claudia Gentile
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Nota en la revista En Plenitud

17 de Febrero, 2008  ·  Reflexión

La revista digital En Plenitud ha publicado una nota mía que pueden leer a través del enlace que pego a continuación, o buscar en las entradas de este blog, con el título de "Aprender a poner límites-Poema "No".

El enlace:

http://www.enplenitud.com/nota.asp?id=10421&uid=121081782&env=89

A través de este enlace, podrán acceder a un curso gratuito de grafología on-line que ofrece la revista, clickeando en la palabra "grafología" que aparece señalada en azul dentro del texto de mi nota.
También clickeando en la palabra "asertividad", darán con una nota sobre el tema. A propósito de ello, en este blog, en las entradas que aparecen sobre la izquierda, tienen un listado de 25 derechos asertivos, para los que quieren ampliar sobre ese tópico.

Claudia Gentile
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Video sobre la mentira en la sexualidad y sobre la autodeterminación en un escrito

04 de Febrero, 2008  ·  videos de grafología

A través de este enlace podrán ver un video español en donde un grafólogo habla de cómo detectar la mentira en el ámbito de lo sexual en la escritura, en particular en la letra "g".

También habla de la letra "t" y la autoestima y la voluntad.

Que lo disfruten.

http://tu.tv/videos/la-grafologia-el-sexo-y-mentiras

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En este link adicional que estoy agregando debajo, podrán encontrar un video español de 40 minutos de duración en donde dos grafólogos analizan la escritura de varios asesinos.
Seguiré agregando enlaces a los videos que encuentre.

http://tu.tv/videos/cuarto-mileni-grafologia-11-11-07

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Aquí pego también un enlace a un video de 2 minutos en donde un grafólogo español analiza la escritura de Hitler y de Musolini.

http://tu.tv/videos/grafologia-de-hitler-y-musolini


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El siguiente enlace los llevará a un video cortito del mismo grafólogo en donde se analiza la letra de Bolivar.

http://tu.tv/videos/la-grafologia-de-bolivar

Claudia Gentile
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Grafología: Caso Pablo

02 de Febrero, 2008  ·  Consultas grafológicas - Casos

Consultas grafológicas - Casos

Lo que sigue a continuación es la síntesis de una consulta que recibí hace un tiempo. Los datos están cambiados para resguardar la identidad del consultante, sin alterar la esencia del caso.Este es el segundo de otros que iré publicando. Pero la idea es que se pueda ir apreciando el alcance de la grafología.
Este caso en particular fue con el que terminé de convencerme por seguir mis estudios para licenciarme en Psicología. A pesar de las herramientas que tenemos como grafoterapeutas incluso, me sentí impotente para ayudar a esta persona.
El día de hoy, con más experiencia y a pocas materias de licenciarme, reviso el caso y creo que lo que hice fue lo que mejor pude hacer en ese momento. Y ahora veo que incluso recibida de psicóloga, si el consultante no trae una demanda verdadera de análisis, si sólo viene a demostrarse o a demostrarnos que no podemos con él y no se pone a favor de iniciar un tratamiento con buena predisposición, es muy poco lo que se puede hacer por él, casi nada. O nada directamente.


Presentación

Pablo vino a consulta recomendado por una cliente mía con quien Pablo tomaba clases de baile. Era un hombre de treinta y tantos, soltero, muy locuaz, un profesional joven que se había recibido pero no ejercía, que trabajaba aún en la empresa familiar, bajo la tutela de su padre.Relató tener un entorno familiar muy estricto, pero muy contenedor, con el que se mostraba satisfecho. El vínculo con su madre era muy estrecho: con ella hablaba y compartía sus problemas. No tenía muchos amigos, no salía demasiado, tenía una novia reciente que complacía las expectativas de sus padres pero de quien no estaba muy enamorado, sólo se sentía bien en su compañía. Era una muchacha poco demandante y de carácter dócil, también proveniente de un entorno familiar muy conservador.Pablo sólo demostraba sentir verdadero placer cuando hablaba de su hobby: practicaba un deporte acuático de avistaje que lo había llevado a viajar en varias oportunidades al Caribe. De eso habló desde que se presentó, con verdadero interés, restándole importancia a todo lo demás, que fue apareciendo incluso en la segunda entrevista.

El caso
 
Pablo había venido recomendado por una persona de mi conocimiento que me refirió que sabía por él que estaba tratándose una fobia con una terapia alternativa. No supo decirme a qué. Sólo me dijo que al bailar era muy renuente al contacto corporal, que en dichas situaciones se ponía rígido, y que en más de una oportunidad lo invitó a que se uniera a un grupo de baile que ella misma frecuentaba, para que pudiera practicar con otras parejas, no sólo en forma individual y exclusiva con ella. Pablo accedió a ir pero no bailó en toda la noche y no quiso repetir la experiencia.De todo esto en la entrevista no se habló. No le comenté estar en conocimiento de esto tampoco. Sólo le pregunté si había algo en particular que le resultara problemático y que le gustaría explorar a través del análisis. Su respuesta fue negativa. Su actitud seguía siendo despreocupada, jovial, abierta y locuaz.
 
El motivo de consulta
 
No expuso claramente lo que esperaba encontrar en su análisis, ni ningún tema en particular que pudiera entenderse como conflictivo. Sólo quería probar si en realidad un estudio grafológico era tan veraz como su profesora le había dicho. Una actitud desafiante y cerrada encubierta por una fachada locuaz y aparentemente abierta al diálogo.
 
Su letra
 
Durante la entrevista telefónica le había pedido que me trajera escritos anteriores. Me preguntó si apuntes de la facultad serviría, y por supuesto le pedí que me los trajera. Para mi sorpresa, Pablo vino con la mayor cantidad de material que alguien alguna vez me trajera. Había fácilmente más de un bibliorato de hojas sueltas.Le hice las tomas. Mientras escribía seguía mostrándose despreocupado y de buen humor. Algo me llamó la atención. Su escritura habitual era en imprenta pero me dijo que no hacía mucho que la había adoptado. Le pregunté si la usaba para los exámenes, y su respuesta fue negativa. No hubo nada en especial que le demandara el cambio.En los escritos anteriores se alternaba la escritura cursiva en unos y la imprenta en otros. No veía un patrón que marcara la diferencia. Confundida con tantos papeles frente a mí, decidí agruparlos por año. Afortunadamente los apuntes tenían fecha. Como eran tantos, opté por pegarlos en la pared agrupados por año, desplegados ante mí como una pizarra. Cada año con su correspondiente serie de escritos debajo, a la vista. Ahí pude encontrar el patrón: un año separaba las aguas. Antes de ese año, cursiva. Luego vino el cambio. Que no fue paulatino, que no fue en una materia en particular ni solo en los apuntes. En escritos personales se repetía lo mismo. A partir de cierta fecha, un abrupto cambio en la escritura habitual de cursiva a imprenta. La cursiva era de agrupada a ligada y más pequeña. La imprenta era mayúscula, desligada y de tamaño mayor. El margen derecho en la cursiva era irregular pero normal. En los escritos en imprenta, el margen derecho creció notoriamente, siempre fluctuante, en un visible movimiento de repliegue hacia la izquierda de todos los movimientos gráficos. Había mayor distancia no solo entre letras, sino entre palabras y aún entre renglones. Aparecieron gestos regresivos en arco, como muestra de un mecanismo defensivo de protección. Letras inacabadas, gestos de inhibición que marcaban una clara gestalt de un cuadro que denunciaba evidentes señales de angustia. Esta angustia lo replegaba, le hacía escapar de los contactos sociales nuevos, en huída hacia los ya establecidos. Su mejor defensa lejos de ser el ataque, era la huída, la evitación y el repliegue introversivo. Una manifiesta y rotunda actitud de negación de los problemas que no podía confrontar. Pero por qué a partir de esa fecha? Qué habría pasado entonces?
 
La devolución del escrito
 
Cuando comencé a leerle su informe y a comentarle ampliando lo que iba leyendo, la actitud tan despreocupada, negadora y en el fondo, desafiante de él se desvaneció. Supe entonces que me estaba enfrentando a sus defensas, que le provocaba angustia hablar del tema. Entonces lo llevé hasta la pared tapizada aún con sus escritos. Le mostré los escritos en cursiva, y los escritos en mayúscula. Sin explicarle nada, le dije que ese cambio me había llamado la atención. Cambio ligado a esa fecha. Le pregunté por qué había cambiado la letra. No me contestó nada concreto. Entonces le pregunté si en ese entonces había pasado algo significativo en su vida. Después de dar vueltas, de minimizar el asunto, de negarle o restarle importancia, me dijo que nada había pasado, solamente que su novia de tantos años lo había dejado, nada más que eso.Desprendí entonces los papeles de la pared y le dije, restándole yo ahora importancia al tema, para no angustiarlo más, que creía que esa ruptura había sido más importante y decisiva de lo que él creía. Le pregunté si quería hablar al respecto, pero se negó, así que me remití a señalarle características de su personalidad que reforzaran su autoestima y concluí la devolución.Yo ya le había soslayado el origen del conflicto, abrí incluso la puerta para que comentara sobre el tema. Pero no era su momento, quizá yo no fuera la persona. Así que ahí concluí. Nada hubiera ganado en demostrarle todo el resto de información que surgía del estudio.

Este no fue un caso que me haya generado satisfacción. Quizás mi misma omnipotencia espere siempre un resultado favorable en aquel que recibe mi devolución. Pero estas experiencias sirven para aceptarnos como un otro barrado.
Cuando el mecanismo de defensa que prevalece en el consultante es el de negación, es, al menos para mí, muy difícil manejar las devoluciones. He de centrarme mucho en reforzar los valores positivos que encuentro en el escrito para no despertar más angustia de la ya vivenciada por el sujeto.
Pero debo reconocer que como caso en sí, desde una perspectiva grafológica, fue muy interesante porque pude ir siguiendo en los escritos anteriores, cómo se desató la neurosis de angustia a partir de un desencadenante traumático, y cómo surgió consecuentemente como recurso posible de su psiquismo, la fobia social, como mecanismo protector.

Claudia Gentile
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Grafología: Programas radiales en FM Dakota

25 de Enero, 2008  ·  Charlas radiales
A continuación encontrarán un enlace a mi sitio virtual de 4share.com donde hallarán algunas de las entrevistas que me han efectuado por FM Dakota sobre diversos tópicos grafológicos.Están alojadas en formato .mp3.

 
Cuando accedan, en donde dice: Please enter a password, tipeen grafosintesis. Luego cliqueen en la carpeta que dice Entrevistas radiales, y luego cliqueen en el botón download. Se abrirá una ventana que les permite elegir bajarlo o abrirlo y escucharlo directamente.
 
Los temas de las charlas radiales fueron:
 
1º charla: Cómo se detecta el coraje en la escritura?
2º charla: Rasgos de depresión en la escritura.
3º charla: Rasgos de autenticidad en la escritura. Cómo se detecta en la letra cuando una persona dice lo que piensa y siente?

4º charla: La grafología como herramienta de autoconocimiento.
5º charla: En edición. Compatibilidad en la pareja a través de la escritura de ambos.
6º charla: Vampiros emocionales. Rasgos de mentira y de manipulación en la escritura.
7º charla: Se puede determinar el sexo del autor de un escrito? Además: borrones y tachaduras - Oposicionismo y rebeldía: tildes colocadas de abajo hacia arriba, movimientos oblicuos ascendentes hacia la izquierda - letra "d" arriñonada del docente - Ovalos abiertos: con quiénes me comunico más, quiénes pueden influenciarme más?

8º charla: El coraje (2º parte). Cómo se detecta en la escritura el avace decidido hacia una meta evaluando los obstáculos. Además, qué significa cuando la letra de un escrito es muy pequeña. Qué significa cuando la escritura es muy rápida. Y qué significan las mayúsculas grandes o muy grandes en un escrito.

9º charla: Letra de imprenta- punto de la letra i adelantado, ausente y retrasado.

10º charla: Materialidad versus espiritualidad en la escritura.

Luego de estas diez primeras charlas, he dejado de grabarlas. Gracias,

NOTA: TELEFONO DE RADIO DAKOTA

Ya han sido muchas las personas que me llaman por teléfono preguntándome el número de teléfono de la radio, ya que al poner radio Dakota en el google, sale mi página más que la de ellos (???). Pues a todos ellos, que quieren hablar con Dakota para contratar un espacio, o por lo que sea, les dejo aquí el teléfono al que yo llamaba para salir al aire: 4777-8200

Claudia Gentile
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Acoso Asistencial

18 de Enero, 2008  ·  Reflexión

Cuántas veces, como terapeutas o como simples hijos, padres, hermanos, parejas o amigos de alguien a quien creemos ver equivocado, nos empeñamos en tratar de convencerlo para que obre como nosotros queremos que lo haga?
A propósito de este tema, esta semana en el Boletín del Centro Transpersonal de Buenos Aires, escrita por Virginia Gawel & Eduardo Sosa, pude leer esta reflexión, que me pareció tan atinada y tan importante, que quisiera compartirla con quienes ingresen a este blog. Aquí va:

El acoso asistencial

Todos vinimos a este mundo a AYUDAR. Pero rara vez alguien viene a SALVAR a otro. Hay una delgada línea que, si la cruzamos, el gesto de ayuda se convierte en algo poco sano, tanto para el que asiste como para el asistido.

A esto le llamamos ACOSO ASISTENCIAL.

Sucede cuando una persona asume el rol de ayudadora, y ejerce compulsivamente la necesidad de "rescatar" a otro/s de aquello que cree que no es bueno para su vida. Insistirá e insistirá, obsesionándose en buscar distintas formas de "llegar" al otro, frontalmente o con sutiles estrategias, aún a costa de su propia salud y de su íntimo REAL destino: su vida personal se irá desdibujando, quedando, -sin que se dé cuenta,- suplantada por la vida ajena. Pero... aunque duela asumirlo, la vida del otro es... LA VIDA DEL OTRO!! Y muchas veces a ese otro... ni siquiera le interesa en lo más mínimo cambiar!! De allí la broma que se hizo en un Congreso de Psicología Transpersonal: "¿Cuántos terapeutas hacen falta para cambiar una lamparilla eléctrica? Respuesta: sólo UNO. Pero la lamparilla tiene que QUERER cambiar!"

Una poetisa cuyo nombre hemos extraviado tiene dos versos geniales: "Mi salvación es asunto mío. La vida es mi campo de juego." Después de todo, sinceramente, ¿cuánto te ha costado cambiar tus rasgos más difíciles? ¿Cuánto has trabajado sobre ellos con esfuerzo, desaliento y un eterno volver a empezar? Eso demuestra que cambiar, aún QUERIENDO, requiere de una profunda intención, sostenida a través del tiempo. Entonces, ¿cómo le ha de ser posible cambiar a alguien que ni siquiera tiene la menor intención? ¿Le harás una transfusión de ganas, donándole tu propia sangre para que se dé cuenta de que su vida necesita ser diferente? Y... ¿dónde está el límite entre el ayudar y el entrometerse en el destino ajeno, manipulándolo "para su bien"? Nosotros no lo sabemos. Cada caso requiere ser concienzudamente revisado.

Podría decirse que, casi sin excepción, ninguna ayuda debe ejercerse al costo es desgastar la propia vida. Pues hay algo claro: el primer cuidado que todo ayudador debe brindar es... a sí mismo. ¿Cómo es esto? Tal cual lo enseñan las aeromozas antes de despegar un avión: en caso de peligro, al caer las máscaras de oxígeno, primero uno tiene que colocársela a sí mismo, y sólo después podrá ayudar a cualquier otro (un anciano, un niño, o quien fuere). A practicar, entonces, la Atención Plena para "pescarnos" cuando estemos ejerciendo, sin advertirlo, actitudes de acoso asistencial.

Pensamiento Sensible
Boletín semanal del Centro Transpersonal de
Buenos Aires


http://pensamientosensible.blogspot.com/

Les agradecería que me enviaran sus comentarios a mi casilla de mail:
grafosintesis@yahoo.com.ar
Muchísimas gracias.

Claudia Gentile
Grafóloga Pública
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Análisis grafológicos-Grafoterapia-Cursos de grafología-Consultas-Supervisión de informes

18 de Enero, 2008  ·  Consultas
Me desempeño como grafóloga y ofrezco:

*Análisis grafológicos-pueden ver entradas mías en este blog donde detallo el procedimiento y alcance de los análisis.
 
*Grafoterapia: para entender su uso y aplicación, los remito a leer la nota a la grafóloga española Monte Perelló Ginés del 14 de diciembre, que hallarán en otra entrada en este mismo blog.
La grafoterapia es una terapia breve, correctiva, focalizada, en la que grafólogo y cliente trabajan a la par, con objetivos puntuales acordados entre ambos.

*Cursos de grafología: en entradas anteriores de este mismo blog podrán leer la propuesta de los cursos y de las clases individuales.

*Consultas: sobre escritos, sobre áreas de la personalidad que se desean corregir o indagar.

*Supervisión de informes grafológicos: para grafólogos nóveles que quieran supervisar sus informes antes de entregarlos, para estudiantes de grafología que quieran supervisar sus trabajos finales antes de su entrega o defensa.

Claudia Gentile
Grafóloga Pública
informes: grafosintesis@yahoo.com.ar
Tel.: 4672-4423 Cel.: 153-343-3665
Floresta - Capital Federal - Buenos Aires - Argentina.
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Podés visitar la siguiente página: http://www.grafologiaoficial.com.ar/paginas/guia_grafologos.htmAllí está el listado de grafólogos públicos registrados, y con el número 142 figuro en esa lista.
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